CAPITULO XXI:
JOSE Y SUS HERMANOS.
161.- Los diez hermanos mayores
pasaban en descampado,
custodiando su ganado,
en cambio los dos menores
no sufrían los rigores
pues gozaban de Jacob
la preferencia y favor,
por ser hijos de Raquel
su más querida mujer,
que engendró en su provección.
162.- Cuando era un adolescente
de solo diecisiete años,
José cuidaba el rebaño
de modo muy diligente.
Un día muy francamente
hizo saber a su padre
la conducta deplorable
de algunos de sus hermanos,
mas tal recurso fue vano
y hasta poco aconsejable.
163.- La notoria preferencia
que le mostraba Jacob,
fue causa del gran rencor
y absoluta indiferencia
demostrada en su presencia
aumentó los sinsabores
la túnica de colores
que Jacob le regaló,
lo que la envidia causó
de los hermanos mayores.
164.- Cierto día a sus hermanos
contó un sueño misterioso
que los puso más furioso:
" Era un día de verano;
nos hallábamos temprano
atando nuestras gavillas
para luego hacer la trilla.
La mía, al centro, derecha,
las otras medio deshechas,
inclinadas a la orilla ".
165.- De nuevo en otra ocasión,
contó a toda su familia:
" Escuchen la maravilla
que soñé: " Veía el sol,
la luna y alrededor
que brillaban once estrellas.
Veía que todas ellas
hacían mil reverencias,
al descubrir mi presencia,
que era como una centella".
166.- Lo tomaron muy a mal;
" ¡ Acaso, con este sueño,
pretendes ser nuestro dueño?
¡Déjate ya de soñar!"
Lo obligaron a callar,
pues hasta el mismo Jacob
reprochó su pretensión :
" ¿ Acaso debo adorarte
con tus hermanos y madre ?
Es muy grande tu ambición".
167.- Más sin embargo Jacob
guardaba todo en su mente,
pues parecía evidente
no ser cosa de invención .
Se presentó la ocasión
de cobrarse la venganza:
Divisando en lontananza
su túnica de color,
" ¡ Allá viene el soñador
con sueños y adivinanzas!".
JOSE Y SUS HERMANOS.
161.- Los diez hermanos mayores
pasaban en descampado,
custodiando su ganado,
en cambio los dos menores
no sufrían los rigores
pues gozaban de Jacob
la preferencia y favor,
por ser hijos de Raquel
su más querida mujer,
que engendró en su provección.
162.- Cuando era un adolescente
de solo diecisiete años,
José cuidaba el rebaño
de modo muy diligente.
Un día muy francamente
hizo saber a su padre
la conducta deplorable
de algunos de sus hermanos,
mas tal recurso fue vano
y hasta poco aconsejable.
163.- La notoria preferencia
que le mostraba Jacob,
fue causa del gran rencor
y absoluta indiferencia
demostrada en su presencia
aumentó los sinsabores
la túnica de colores
que Jacob le regaló,
lo que la envidia causó
de los hermanos mayores.
164.- Cierto día a sus hermanos
contó un sueño misterioso
que los puso más furioso:
" Era un día de verano;
nos hallábamos temprano
atando nuestras gavillas
para luego hacer la trilla.
La mía, al centro, derecha,
las otras medio deshechas,
inclinadas a la orilla ".
165.- De nuevo en otra ocasión,
contó a toda su familia:
" Escuchen la maravilla
que soñé: " Veía el sol,
la luna y alrededor
que brillaban once estrellas.
Veía que todas ellas
hacían mil reverencias,
al descubrir mi presencia,
que era como una centella".
166.- Lo tomaron muy a mal;
" ¡ Acaso, con este sueño,
pretendes ser nuestro dueño?
¡Déjate ya de soñar!"
Lo obligaron a callar,
pues hasta el mismo Jacob
reprochó su pretensión :
" ¿ Acaso debo adorarte
con tus hermanos y madre ?
Es muy grande tu ambición".
167.- Más sin embargo Jacob
guardaba todo en su mente,
pues parecía evidente
no ser cosa de invención .
Se presentó la ocasión
de cobrarse la venganza:
Divisando en lontananza
su túnica de color,
" ¡ Allá viene el soñador
con sueños y adivinanzas!".
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