jueves, 24 de enero de 2008

CAPITULO XXII: LA ESPOSA DE PUTIFAR Y JOSE.

CAPITULO XXII:
LAESPOSA DE PUTIFAR Y JOSE.


176.- La esposa de Putifar,
que era muy joven y bella,
quiso se uniese con ella,
queriéndolo enamorar.
Al no querer aceptar
esa falaz seducción
una falsa acusación
le presentó a su marido,
y José fue detenido
y encerrado en la prisión.


JOSE INTERPRETA SUEÑOS.

177.- Estuvo dos años preso.
Al caer en la prisión,
por orden del faraón
empleados de mucho peso
para seguirles proceso,
le dejaron encargado
de brindarles sus cuidados.
pues gozaba del favor
del carcelero mayor,
por estar muy bien dotado.


178.- Al llegar por la mañana
a darles el desayuno,
prefirieron el ayuno,
porque se hallaban sin ganas
por una pena malsana.
Estaban los dos muy serios
por un oculto misterio:
ambos habían soñado,
mas les estaba vedado
discernir con su criterio.


179.- José les dijo:" ¿ No es Dios
el que envía tales sueños?
¿ Y acaso no es El muy dueño
de dar la interpretación ?,
El dará la solución ".
Les pareció muy certero
a aquellos dos personeros
tal aserto de José
y el primero en exponer
su sueño fue el gran copero.


180.- " Me encontraba ante una vid
que tenía tres sarmientos.
Vi en ese mismo momento
los racimos ya lucir,
y yo comencé a exprimir
su jugo que ya era vino".
- "Eso indica su destino:
los tres sarmientos,tres días,
después tendrás alegría
por un designio divino".


181.- " Este tiempo transcurrido
te llamará el Faraón
y la misma posición
tendrás, como su valido.
Cuando esto haya sucedido
recuérdame en su presencia:
después de ser calumniado,
permanezco encarcelado
sufriendo mi penitencia".


182.- Muy contento el panadero,
le dijo: " ¡Qué parecido
es el sueño que he tenido!
¡ Casi igual al del copero,
que lo ha contado primero!:
Llevaba yo tres bandejas
encima de mi cabeza,
con tortas dulces y pan
para la mesa Real,
muy colmadas y parejas.


183.- "Caminaba muy contento
hacia el palacio del Rey,
sabiendo que iba a comer
con gusto mis alimentos,
mas justo en ese momento
bajaron del alto cielo
mil aves en raudo vuelo:
blancas,negras y bermejas,
que saquearon mis bandejas,
para mi gran desconsuelos".


184.- "Lo que el Supremo Señor
te anuncia a través del sueño,
significa que tu dueño
y Rey de esta gran nación,
el insigne Faraón,
celebrando el natalicio
te privara de tu oficio,
sellando tu triste suerte
con una condena a muerte
que será tu sacrificio".


185.- Se cumplió tal vaticinio
si bien con desigual suerte,
de alto honor y triste muerte,
pues por el mismo camino
se llega al propio destino.
El copero en su alto cargo
pronto olvidó, sin embargo,
la promesa hecha a José
y aquel tuvo que beber
aún su cáliz amargo.



jueves, 17 de enero de 2008

CAPITULO XXII: JOSE VENDIDO POR SUS HERMANOS.


CAPITULO XXII:
JOSE VENDIDO POR SUS HERMANOS.


168.- Dijeron con ironía
los hermanos de José:
" ¡ Matémosle de una vez
y así, de su fantasía
descansaremos un día!"
el mayor de ellos Rubén
les dijo: "¡ no puede ser,
por que eres de nuestra sangre !
lo mejor será dejarle
en un pozo perecer".


169.- Su verdadera intensión
era sacarlo a escondidas
y así salvarle la vida.
Y pusieron en acción
el vil acto de traición.
Habiéndole desnudado,
en el pozo fue arrojado,
desgarrándole la túnica
para enviarlo como única
prueba de un fin malhadado.


170.- Que fue accidente fatal
la muerte del preferido:
"¡ sin duda que murió herido
por un feroz animal
en un encuentro casual !".
Le dirían a Jacob
que un indecible dolor
sentiría en el momento
de tener conocimiento
de tan duro sinsabor.


171.- Estando José encerrado
y avanzando la mañana,
vieron una caravana
con sus camellos cargados
y habiéndolo conversado
a propuesta de Judá :
"¡ No lo vayan a matar!,
¡con eso nada ganamos!
es mejor que lo vendamos
y algo nos van a pagar!".


172.- Al llegar con sus reatas
al lugar los mercaderes
ofreciendo sus enseres,
les propusieron la trata:
treinta monedas de plata
por llevárselo de esclavo.
Sin regatear ningún centavo,
aceptaron prontamente
cancelarle a esa gente
siendo el trato de su agrado.


173.- Y entregaron a José
a aquellos ismaelitas,
sin importarles las cuitas
que con ese proceder
causarían a Israel.
Y tomando su vestido
que ya habían destruido
de rojo lo retiñeron
con la sangre de un carnero
para serle remitido.


174.- Jacob hizo largo duelo
por haber así perdido
a José su hijo querido.
No pudiendo hallar consuelo
yacía en el duro suelo.
En tanto los mercaderes
vendieron con sus haberes,
a José a un tal Putifar,
que era empleado principal
y con muy grandes poderes.


175.- Privado del Faraón
que era Rey de los Egipcios,
aquel le confió el oficio
de dirigir su mansión
y con gran dedicación
obtuvo su preferencia
por su gran inteligencia
que le otorgara Yaveh,
por ser fiel a su deber
caminando en su presencia.










miércoles, 16 de enero de 2008

CAPITULO XXI: JOSE Y SUS HERMANOS.

CAPITULO XXI:
JOSE Y SUS HERMANOS.


161.- Los diez hermanos mayores
pasaban en descampado,
custodiando su ganado,
en cambio los dos menores
no sufrían los rigores
pues gozaban de Jacob
la preferencia y favor,
por ser hijos de Raquel
su más querida mujer,
que engendró en su provección.


162.- Cuando era un adolescente
de solo diecisiete años,
José cuidaba el rebaño
de modo muy diligente.
Un día muy francamente
hizo saber a su padre
la conducta deplorable
de algunos de sus hermanos,
mas tal recurso fue vano
y hasta poco aconsejable.


163.- La notoria preferencia
que le mostraba Jacob,
fue causa del gran rencor
y absoluta indiferencia
demostrada en su presencia
aumentó los sinsabores
la túnica de colores
que Jacob le regaló,
lo que la envidia causó
de los hermanos mayores.


164.- Cierto día a sus hermanos
contó un sueño misterioso
que los puso más furioso:
" Era un día de verano;
nos hallábamos temprano
atando nuestras gavillas
para luego hacer la trilla.
La mía, al centro, derecha,
las otras medio deshechas,
inclinadas a la orilla ".


165.- De nuevo en otra ocasión,
contó a toda su familia:
" Escuchen la maravilla
que soñé: " Veía el sol,
la luna y alrededor
que brillaban once estrellas.
Veía que todas ellas
hacían mil reverencias,
al descubrir mi presencia,
que era como una centella".


166.- Lo tomaron muy a mal;
" ¡ Acaso, con este sueño,
pretendes ser nuestro dueño?
¡Déjate ya de soñar!"
Lo obligaron a callar,
pues hasta el mismo Jacob
reprochó su pretensión :
" ¿ Acaso debo adorarte
con tus hermanos y madre ?
Es muy grande tu ambición".


167.- Más sin embargo Jacob
guardaba todo en su mente,
pues parecía evidente
no ser cosa de invención .
Se presentó la ocasión
de cobrarse la venganza:
Divisando en lontananza
su túnica de color,
" ¡ Allá viene el soñador
con sueños y adivinanzas!".