CAPITULO DECIMO TERCERO:
ISAAC BENDICE A JACOB.
102.- Rebeca estaba escondida
detrás de los cortinajes
y al escuchar el mensaje
su alma quedó muy herida
pues estaba decidida
a obtener la bendición
para su hijo Jacob.
"¡Anda pronto a los corrales
y trae dos animales"!.
- Le dijo con decisión.
103.- Mas Jacob le respondió:
"¡ Deja que te contradiga:
no sea que me maldiga
por esta suplantación!".
- "¡Si hubiere tal maldición,
recaerá sobre mi.
Lo que acabo de decir
has de hacerlo prontamente
pues Esaú de repente
del bosque puede venir!".
104.- A pesar de tal sentencia,
Jacob replicó:" No niego
que estando mi padre ciego,
no verá la diferencia,
pero estando en su presencia,
querrá mis manos palpar
y así podrá comprobar,
siendo Esaú tan velludo
y mi padre es tan agudo,
que lo quiero suplantar.
105.- Respondió aquella al instante
"¡ Por favor, no tengas miedo
de que descubra el remedo,
porque yo te haré unos guantes
y te pondré por delante
la piel del mismo animal
que yo le voy a guisar.
¿Qué más quieres que te diga?
¡ si quieres que te bendiga
tu padre, vete al corral!".
106.- Y buscando en la manada,
escogió el mejor cabrito
que saciara el apetito
de Isaac, cuya mirada,
ya totalmente apagada,
no podría descubrir
a quién iba a bendecir.
El recibió con agrado
aquel guiso preparado
que le sabía a festín.
107.- Le extraño la prontitud
con que cumpliera el pedido ,
y le dijo: "¡ Hijo querido,
no dudo de tu virtud,
mas si tu eres Esaú,
¿cómo pudiste cazar
tan rápido un animal?!".
Respondió Jacob con tino:
"¡ Dios lo puso en mi camino
y lo traje sin tardar!".
108.- "¡ Acércate y ven a mi
y déjame que te toque
antes que al Señor invoques,
pues te quiero bendecir,
ya que me voy a morir!"
Jacob se había ataviado
con un traje perfumado.
Al sentir aquel perfume
y tocándole, presume
que es a Esaú al que ha tocado.
109.- "¡ Sin duda el olor de mi hijo
es cual la tierra fecunda
qu en muchos frutos redunda!".
De esta forma le bendijo,
con inmenso regocijo:
"¡ Dios te de roció de cielo
y la abundancia del suelo.
Que te sirvan las naciones
y en todas las ocasiones
Yaveh sea tu consuelo!".
110.- "¡ Dominarás a tu hermano!
¡ Maldito quien te maldiga!
¡ Bendito quien te bendiga!
Tu actuación con los humanos
por cierto, no será en vano !".
Acabó su bendición
y apenas salió Jacob
de la estancia de su padre
cuando alegre y con alarde
su hermano en la casa entró.
111.- Apenas hubo llegado,
se fue confiado y alegre,
a guisar aquella liebre
que sabía de su agrado
y pronto llegó a su lado.
"¡ Padre mio aquí esta el guiso
que le pediste a tu hijo.
Si tanto me demore,
es porque antes no encontré
ni una presa en el carrizo!".
112.- "¡Hijo mio!, ¿ Tu quién eres ?"!
-" ¡Tu hijo mayor, Esaú
que tiene la gran virtud
de hacer siempre lo que quieres!".
- "¡ Siento mucho que te enteres
que ya dí mi bendición!.
¡Sin duda que fue Jacob
el que llegó con engaño,
y yo a causa de mis años
no vi la suplantación !".
113.- "¡Le di con mi bendición
autoridad sobre ti!".
- "¿Y no tienes para mi
una nueva bendición ?
¡ Bien merece de Jacob
el nombre y apelativo,
siendo tan astuto y vivo
que ya por segunda vez
me causa este gran revés
que no tiene paliativo!".
ISAAC BENDICE A JACOB.
102.- Rebeca estaba escondida
detrás de los cortinajes
y al escuchar el mensaje
su alma quedó muy herida
pues estaba decidida
a obtener la bendición
para su hijo Jacob.
"¡Anda pronto a los corrales
y trae dos animales"!.
- Le dijo con decisión.
103.- Mas Jacob le respondió:
"¡ Deja que te contradiga:
no sea que me maldiga
por esta suplantación!".
- "¡Si hubiere tal maldición,
recaerá sobre mi.
Lo que acabo de decir
has de hacerlo prontamente
pues Esaú de repente
del bosque puede venir!".
104.- A pesar de tal sentencia,
Jacob replicó:" No niego
que estando mi padre ciego,
no verá la diferencia,
pero estando en su presencia,
querrá mis manos palpar
y así podrá comprobar,
siendo Esaú tan velludo
y mi padre es tan agudo,
que lo quiero suplantar.
105.- Respondió aquella al instante
"¡ Por favor, no tengas miedo
de que descubra el remedo,
porque yo te haré unos guantes
y te pondré por delante
la piel del mismo animal
que yo le voy a guisar.
¿Qué más quieres que te diga?
¡ si quieres que te bendiga
tu padre, vete al corral!".
106.- Y buscando en la manada,
escogió el mejor cabrito
que saciara el apetito
de Isaac, cuya mirada,
ya totalmente apagada,
no podría descubrir
a quién iba a bendecir.
El recibió con agrado
aquel guiso preparado
que le sabía a festín.
107.- Le extraño la prontitud
con que cumpliera el pedido ,
y le dijo: "¡ Hijo querido,
no dudo de tu virtud,
mas si tu eres Esaú,
¿cómo pudiste cazar
tan rápido un animal?!".
Respondió Jacob con tino:
"¡ Dios lo puso en mi camino
y lo traje sin tardar!".
108.- "¡ Acércate y ven a mi
y déjame que te toque
antes que al Señor invoques,
pues te quiero bendecir,
ya que me voy a morir!"
Jacob se había ataviado
con un traje perfumado.
Al sentir aquel perfume
y tocándole, presume
que es a Esaú al que ha tocado.
109.- "¡ Sin duda el olor de mi hijo
es cual la tierra fecunda
qu en muchos frutos redunda!".
De esta forma le bendijo,
con inmenso regocijo:
"¡ Dios te de roció de cielo
y la abundancia del suelo.
Que te sirvan las naciones
y en todas las ocasiones
Yaveh sea tu consuelo!".
110.- "¡ Dominarás a tu hermano!
¡ Maldito quien te maldiga!
¡ Bendito quien te bendiga!
Tu actuación con los humanos
por cierto, no será en vano !".
Acabó su bendición
y apenas salió Jacob
de la estancia de su padre
cuando alegre y con alarde
su hermano en la casa entró.
111.- Apenas hubo llegado,
se fue confiado y alegre,
a guisar aquella liebre
que sabía de su agrado
y pronto llegó a su lado.
"¡ Padre mio aquí esta el guiso
que le pediste a tu hijo.
Si tanto me demore,
es porque antes no encontré
ni una presa en el carrizo!".
112.- "¡Hijo mio!, ¿ Tu quién eres ?"!
-" ¡Tu hijo mayor, Esaú
que tiene la gran virtud
de hacer siempre lo que quieres!".
- "¡ Siento mucho que te enteres
que ya dí mi bendición!.
¡Sin duda que fue Jacob
el que llegó con engaño,
y yo a causa de mis años
no vi la suplantación !".
113.- "¡Le di con mi bendición
autoridad sobre ti!".
- "¿Y no tienes para mi
una nueva bendición ?
¡ Bien merece de Jacob
el nombre y apelativo,
siendo tan astuto y vivo
que ya por segunda vez
me causa este gran revés
que no tiene paliativo!".